Sistemas fotovoltaicos y solares

Las células solares, también llamadas células fotovoltaicas, son dispositivos semiconductores que convierten la luz solar en energía eléctrica. Su funcionamiento se basa en el efecto fotovoltaico: cuando la luz solar incide en la célula solar, se liberan electrones en ella, que fluyen en un circuito para generar energía eléctrica. 
 

Como fuente de energía renovable, las células solares permiten utilizar energía solar ilimitada. También son respetuosas con el medio ambiente, ya que no provocan emisiones nocivas y contribuyen así a reducir las emisiones de CO₂. Además, permiten independizarse de los combustibles fósiles y pueden utilizarse para la generación descentralizada de energía. Pueden utilizarse en una amplia gama de dispositivos y en formas muy diversas. 
 

Un sistema así supone una gran inversión inicial, pero se ha demostrado que compensa. Los costes anuales de electricidad pueden reducirse considerablemente. Esto se debe a que la energía también puede utilizarse cuando no brilla el sol gracias a un sistema de almacenamiento de energía. 
 

En Alemania, el Estado promueve la instalación de sistemas fotovoltaicos en viviendas ocupadas por sus propietarios para acelerar la transición energética y hacer atractivas las alternativas sostenibles. Por ejemplo, la KFW concede préstamos a bajo interés. Antes de adquirir un sistema, conviene comprobar qué subvenciones se pueden solicitar, ya que se pueden combinar varias, pero no siempre hay derecho a ellas.